Ya en la universidad conocen a la discípula de Isobel, Vanessa, quien confunde a Elena con Katherine e intenta matarla con una ballesta cuando están distraídos buscando información. Afortunadamente Damon reacciona rápido y se interpone para recibir él la flecha en lugar de Elena. Damon quiere matar a Vanessa, pero Elena le amenaza con no volver a dirigirle la palabra nunca más si lo hace. El vampiro la mira sarcásticamente: “¿Qué te hace pensar que eso me importa? ¿Que haya recibido una flecha por ti? Creo que te estás sobreestimando un poquito”. Elena le responde “Cierto, había olvidado que hablaba con un psicótico que muerde y mata a gente compulsivamente. Vale, tú mismo. Haz lo que quieras”. Damon le pregunta si le está intentando manipular. “Si manipularte es decirte la verdad, entonces sí. ¡Culpable!” le responde ella irónicamente. Como siempre, las escenas Damon&Elena son tremendas… ya sea haciéndose los duros, enfadándose o protegiéndose. Incluso los momentos de odio entre ellos están llenos de chispa.
Mientras buscan información en la biblioteca vuelven a tener otro enfrentamiento. “Qué pena que ya no seamos amigos porque te diría lo que sé” se mofa Damon. “¿Y ahora quién manipula a quién?” le responde ella. Cuando Vanessa facilita información sobre las doppelgängers, Damon interrumpe la conversación para hacerse el enigmático… y Elena, como lo conoce tan bien, le pregunta “¿Sabes algo o solo quieres incordiar?, a lo que Damon responde: “Bueno, si supiera algo no te lo diría (la cara de Alaric viéndoles discutir es todo un poema). No con esa actitud”. “Muy bien Damon, y más viniendo de alguien que quiere ser mi amigo. ¿Sabes qué? Los amigos no se manipulan. Se ayudan” le recrimina Elena. El vampiro se queda un poco pensativo con la frase… pero hace ver que no le importa.
Ya de regreso, Damon intenta reconciliarse con Elena “a su manera”, es decir:
D: No puedes odiarme eternamente.
E: ¿Podemos irnos?
Damon le enseña el libro de la familia Petrova como símbolo de paz, y después de explicarle acerca del libro, sigue con su intento:
D: Tienes derecho a odiarme, lo entiendo. Me odiabas y nos hicimos amigos. No me gustaría perderlo para siempre. ¿No hay solución? ¿Te he perdido para siempre?
E: Gracias por el libro, Damon.
Damon cierra la puerta sin saber la respuesta a su pregunta. De vuelta al famoso porche de la casa de los Gilbert, vuelve a insistir en el tema:
D: Los viajes nos vienen bien.
E: Eso no significa que todo vuelva a ser como antes, Damon.
D: Sé que he debilidado una parte de tu muro.
E: Quiero saber la verdad.Cuando mataste a Jeremy, ¿sabías que llevaba el anillo?
Damon se sorprende con su pregunta… y entrecortadamente no tiene más remedio que responder.
D: No. No lo sabía. Katherine me sacó de quicio y me irrité…. lo del anillo.., fue suerte. No sé qué hubiera hecho si no lo hubiera llevado. Lo siento.
E: Gracias por ser sincero conmigo. Y la respuesta a tu pregunta sobre nuestra amistad es…, sí. Me has perdido para siempre.
Damon la mira enfadado.
D: Ya lo tenías claro, ¿no?. Me has utilizado.
E: Tenías información de Katherine que quería saber.
D: Los amigos no se manipulan. Tú y Katherine tenéis más en común de lo que parece.
Damon abandona el porche dejando a Elena pensativa. Quizás no va tan desencaminado sobre su parecido con Kath…! Ya veremos lo que tarda Elena en dejar de odiar a Damon, pues por mucho que lo intenta, siempre se acaba preocupando por él. Lo mismo sucede con Damon: por mucho que procura esconder sus sentimientos y hacerse el fuerte, su punto débil es Elena aunque se niegue a reconocerlo.
(Otra vez Elena vuelve a ser injusta con Damon)
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